sábado, 30 de agosto de 2008
Un amigo mío, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas de sol, entró en una óptica. Después de ver unas cuantas, se decidió por unas. La dependienta se las envolvió, pero mi amigo, al marcharse, cogió un paquete muy parecido que había al lado, y que contenía unas bragas que, seguramente, alguien había olvidado allí.
Mi amigo no se dio cuenta de la equivocación. Se fue a correos y envió el paquete a su novia junto con una carta. La novia al recibir el paquete se sorprendió del contenido. Por ello, empezó a leer la carta, que decía más o menos así:
"Querida Irene:
Espero que te guste el regalo que te he comprado, sobre todo por la falta que te hace. Llevas mucho tiempo con las viejas, y estas cosas deben cambiarse de vez en cuando. Espero haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda y me enseñó las suyas que eran iguales. Además olían bien y para ver si eran ligeras me las probé allí mismo. No sabes cómo se rió la dependienta, porque estos modelos femeninos quedan muy cachondos en un hombre, y más a mí que, como sabes, tengo un apéndice más bien prominente y hacia arriba.
Una chica que había allí, me las pidió, se quitó las suyas, y se las puso para que yo viera el efecto que hacían. Me encantaron y las compré. Póntelas y enséñaselas a todo el mundo, a ver que dicen. Si te estuvieran pequeñas, me lo dices, porque si no te van a dejar señal cuando te las quites. O si te fueran grandes, lo mismo, no sea que vayas por la calle andando y se te caigan. Llévalas con cuidado y, sobre todo, no te las olvides por ahí, que tú tienes la manía de llevarlas siempre en la mano. En fin, estoy deseando vértelas puestas.
Hasta pronto"
Feliz Cumpleaños Sara,
va un chiste de regalo.
